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Historia

Vivero Municipal Eduardo L. Holmberg


El Vivero Municipal Eduardo L. Holmberg situado en la Localidad de Cazón, Partido de Saladillo, fue inaugurado en el año 1910 a raíz de la Ley de Fomento de Forestación sancionada ese mismo año, durante la gobernación del General José I. Arias (1910-1912). Dicha ley contemplaba la creación de viveros que produjeran especies frutales y forestales.

Junto con este establecimiento, comenzaron a funcionar cerca de ochenta viveros de similares características en toda la provincia.

En sus comienzos el objetivo del mismo era promover el sector forestal, por lo tanto, la producción era vendida a particulares al precio de costo.

En el año 1979 pasó a manos del Municipio de Saladillo, y funciona hasta la fecha como un vivero comercial.

La dilatada historia de este establecimiento, y la importancia que tuvo en las distintas épocas, han hecho que en la localidad de Cazón se fuera formando una cultura viverística difícil de encontrar en otros lugares del país.

 

El vivero cuenta con una dotación de 24 empleados, agrupados en distintos sectores.

Sumillería, invernáculo, almácigos, media sombra y campo. Contamos con un taller, un aserradero y oficinas. Tiene una función social muy importante, ya que es junto a otros viveros privados que nacieron desde el nuestro, son la fuente laboral más importante para la pequeña localidad de Cazón.

Tiene una superficie de 210 has. De las cuales 100 están afectadas a la Escuela de Educación Agropecuaria Nº: 1, en las 90 restantes funciona una base de campamento,  e instalaciones para realizar carreras de Endurance y aproximadamente unas 50 has., están afectadas a la producción.   Muchas de las hectáreas mencionadas están invadidas por acacia negro.

Producimos y cultivamos alrededor de 300 especies, entre forestales, ornamentales, frutales, aromáticas y trepadoras.

El 60% se comercializa con Municipalidades y entes gubernamentales, el resto se diversifica en forestaciones particulares, comerciales, country, clubes, barrios privados etc.

Hecha nuestra presentación de la cual surge la importancia de nuestro vivero a nivel provincial, es que nos adherimos junto a muchos viveros privados al reclamo y disconformidad por la aplicación de los DTV (documento de transito vegetal) vía sistema integrado de gestión del SENASA que hacen muy engorroso, lento y casi impracticable la comercialización de plantas a particulares, que no son pocos, ya que estamos en zona rural con poca o nula señal de internet, y nos resulta imposible aplicar esa documentación requerida por el SENASA, más aun sabiendo que la mercadería vendida no está dentro de ningún plan de trazabilidad. A esto debemos sumarle que en nuestra zona estamos libres de la mayoría de las enfermedades, ya que por latitud y temperaturas los vectores que ocasionan esas enfermedades no proliferan.

No estamos en contra de los controles y/o restricciones sanitarias, sino a la practicidad de la operatoria, ya que con esta documentación nos dificulta y mucho el accionar del vivero. Es nuestra meta el producir y vender plantas de calidad.

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